jueves, 25 de febrero de 2016
{[['']]}
Textos imprescindibles 5: el manifiesto suprematista.
Manifiesto Suprematista
Casimir S. Malevich
Por suprematismo entiendo la supremacía de la sensibilidad pura en las artes figurativas.Los fenomenos de la naturaleza objetiva en si misma, desde el punto de vista de lossuprematistas carecen de significado; en realidad, la sensibilidad como tal es totalmenteindependiente del ambiente en que surgio. La llamada "concretizacion" de la sensibilidaden la conciencia significa, en verdad, una concretizacion del reflejo de la sensibilidadmediante una representacion natural. Esta representacion no tienen valor en el arte delsuprematismo. Y no solo en el arte del suprematismo, sino en el arte en general, porque elvalor estable y autentico de una obra de arte (sea cual sea la escuela a que pertenezca)consiste exclusivamente en la sensibilidad expresada.El naturalismo academico, el naturalismo de los impresionistas, el cezannismo, elcubismo, etc..., en cierta medida, no son nada mas que metodos dialecticos que, por simismos, no determinan en absoluto el valor especifico de la obra de arte.Una representacion objetiva en si misma (es decir, lo objetivo como unico fin de larepresentacion) es algo que nada tiene que ver con el arte; y, sin embargo, la utilizacionde lo objetivo en una obra de arte no excluye que tal obra tenga un altisimo valor artistico.Pero para el suprematista siempre sera valido aquel medio expresivo que permita que lasensibilidad se exprese de modo posiblemente pleno como tal, y que sea extraño a laobjetividad habitual. Lo objetivo en si mismo no tiene significado para el suprematismo, ylas representaciones de la consciencia no tienen valor para el. Decisiva es, en cambio, lasensibilidad; a traves de ella el arte llega a la representacion sin objetos, al suprematismo.Llega a un desierto donde nada es reconocible, excepto la sensibilidad. El artista se hadesembarazado de todo lo que determinaba la estructura objetivo-ideal de la vida y delarte: se ha liberado de las ideas, los conceptos y las representaciones, para escuchar solamente la pura sensibilidad.El arte del pasado, sometido (por lo menos en el extranjero) al servicio de la religion y delEstado, debe renacer a una vida nueva en el arte puro (no aplicado) del suprematismo, ydebe construir un mundo nuevo, el mundo de la sensibilidad.Cuando en 1913, a lo largo de mis esfuerzos desesperados por liberar al arte del lastre dela objetividad, me refugie en la forma del cuadrado y expuse una pintura que norepresentaba mas que un cuadrado negro sobre un fondo blanco, los criticos y el publicose quejaron: "Se perdio todo lo que habiamos amado. Estamos en un desierto. ¡Lo quetenemos ante nosotros no es mas que un cuadrado negro sobre fondo blanco!" Y buscaban palabras aplastantes para alejar el simbolo del desierto y para reencontrar en el cuadradomuerto la imagen preferida de la realidad, la objetividad real y la sensibilidad moral. Lacritica y el publico consideraban a este cuadrado incomprensible y peligroso... Pero no se podia esperar otra cosa.La ascension a las alturas del arte no objetivo es fatigosa y llena de tormentos y, sinembargo, nos hace felices. Los contornos de la objetividad se hunden cada vez mas a cada paso, y, al fin, el mundo de los conceptos objetivos, todo lo que habiamos amado y de loque habiamos vivido, se vuelve invisible. Ya no hay imagenes de la realidad, ya no hay representanciones ideales; ¡no queda mas que un desierto! Pero ese desierto esta lleno delespiritu de la sensibilidad no-objetiva, que todo lo penetra.
Yo tambien me senti presa de una inquietud, que asumio las proporciones de la angustia,cuando tuve que abandonar el mundo de la voluntad y de la representacion en el que habiavivido y creado y en cuya realidad habia creido.Pero el extasis de la libertad no-objetiva me empujo al desierto donde no existe otrarealidad que la sensibilidad, y, asi, la sensibilidad se convirtio en el unico contenido de mivida. Lo que yo expuse no era un "cuadrado vacio", sino la percepcion de la inobjetividad.Reconoci que la cosa y la representacion habian sido tomadas por la imagen misma de lasensibilidad y comprendi la falsedad del mundo de la voluntad y de la representacion. La botella de leche, ¿es el simbolo de la leche?El suprematismo es el arte puro reencontrado, ese arte que, con el andar del tiempo, se havuelto invisible, oculto por la multiplicacion de las cosas.Me parece que el arte de Rafael, de Rubens, de Rembrandt, etc..., para la critica y el publico no es mas que una concretizacion de cosas innumerables, que hicieron invisible elverdadero valor encerrado en la sensibilidad inspiradora. Solo la admiracion por elvirtuosismo de la representacion objetiva sigue viva.Si fuera posible extraer de las obras de los grandes maestros de la pintura la sensibilidadexpresada en ellas -es decir, su valor efectivo- y esconderla, los criticos, el publico y losestudiosos del arte ni siquiera se darian cuenta de ello. Por tanto, no hay que maravillarsesi mi cuadrado parecia falto de contenido.Si se quiere jugar una obra de arte basandose en el virtuosismo de la representacionobjetiva, es decir, de la vivacidad de la ilusion, y se cree descubrir el simbolo de lasensibilidad inspiradora en la misma representacion objetiva, nunca se podra llegar al placer de fundirse con el autentico contenido de una obra de arte.La mayoria de la gente vive todavia en la conviccion de que la renuncia a la imitacion dela amadisima realidad significa la ruina del arte, y, por tanto, observa con angustia comoel odiado elemento de la sensibilidad pura -de la abstraccion- sigue ganando terreno.El arte ya no quiere estar al servicio de la religion ni del Estado; no quiere seguir ilustrando la historia de las costumbres, no quiere saber nada del objeto como tal, y cree poder afirmarse sin la cosa (por tanto, sin la fuente valida y experimentada de la vida),sino en si y por si.La sustancia y el significado de cualquier creacion artistica son menospreciadoscontinuamente, precisamente como la sustancia del trabajo figurativo en general: y ello esasi porque el origen de cualquier creacion de forma esta siempre, por doquier y solo, en lasensibilidad.Las sensaciones nacidas en el ser humano, son mas fuertes que el mismo hombre; debeninterrumpir a la fuerza, a toda costa; deben adquirir una forma, deben ser comunicadas ysituadas.
La invencion del aeroplano tiene su origen en la sensacion de la velocidad, del vuelo queha tratado de asumir una forma, una figura; en efecto, el aeroplano no fue construido parael transporte de cartas comerciales entre Berlin y Moscu, sino para obedecer al impulsoirresistible de la percepcion de la velocidad. Naturalmente, cuando se trata de demostrar el origen y el fin de un valor, el estomagovacio, y la razon que esta a su servicio deben tener siempre la ultima palabra. Pero esto esalgo muy distinto. Esto tambien vale para el arte figurativo, es decir, para el arte,reconocido como tal, de la pintura. En la imagen artistica retratada por el señor Müller, osea, en la representacion genial de la florista de la Potsdamer Platz, ya no se ve nada de laverdadera sustancia del arte ni de la sensibilidad inspiradora. Aqui la pintura es ladictadura de un metodo de representacion, cuya unica finalidad es presentar al señor Müller el ambiente en el que él vive y sus conceptos.El cuadrado negro sobre fondo blanco fue la primera forma de expresion de lasensibilidad no-objetiva: cuadrado=sensibilidad; fondo blanco=la Nada, lo que esta fuerade la sensibilidad.Y, sin embargo, la mayoria de la gente considera la ausencia de objetos como el final delarte y no reconoce el hecho inmediato de la sensibilidad hecha forma.El cuadrado de los suprematistas y las formas derivadas de el se pueden comparar a lossignos del hombre primitivo, que en su conjunto no querian ilustrar, sino representar lasensibilidad del ritmo.El suprematismo no ha creado un mundo nuevo de la sensibilidad, sino una nuevarepresentacion inmediata del mundo de la sensibilidad en sentido general.El cuadrado se modifica para formar figuras nuevas cuyos elementos se componen de unau otra manera segun las normas de la sensibilidad inspiradora. Si nos detenemos a mirar una columna antigua, cuya construccion, en el sentido de la utilidad, carace ya designificado, podemos descubrir en ella la forma de una sensibilidad pura. Ya no laconsideramos como una necesidad arquitectonica, sino como una obra de arte.La vida practica, a la manera de un vagabundo sin techo, penetra en todas las formasartisticas y cree su motivo y su fin. Pero el vagabundo no reside mucho tiempo en elmismo sitio, y cuando se va (es decir, cuando la valoracion practica de una obra de arte yano parece oportuna) la obra de arte vuelve a adquirir su pleno valor.En los museos se colocan y cuidan celosamente las obras de arte antiguo, no porque se lasquiera conservar con fines practicos, sino para gozar de su eterno valor artistico.La diferencia entre el arte antiguo y el nuevo, sin objeto y sin utilidad, consiste en elhecho de que el pleno valor artistico del primero solo se reconoce cuando la vida, en busca de nuevas utilidades, lo abandona, mientras que el elemento artistico no aplicadodel segundo corre delante de la vida y abre de par en par al puerta a la valoracion practica.Y he aqui el nuevo arte no-objetivo como expresion de la sensibilidad pura, que no tiendehacia valores practicos, ni hacia ideas, ni hacia ninguna tierra prometida.
La belleza de un templo antiguo no procede del hecho de que sirviera de asilo a undeterminado sistema de vida, o a la religion correspondiente, sino de su forma se derivade una percepcion pura de relaciones plasticas. Tal percepcion artistica (que en laconstruccion del templo se hizo forma) es preciosa y viva para nosotros en todos lostiempos, mientras que el sistema de vida en el que el templo se construyo ya esta muerto.Hasta ahora, la vida y sus formas de manifestarse se tomaban en consideracion desde dos puntos de vista: desde el material y desde el religioso. Se podia pensar que el del artedebiera llegar a ser el tercer angulo visual de la vida, con iguales derechos a los de los dos primeros; pero, en la practica, el arte (como una potencia de segundo orden) se pone alservicio de los que observan el mundo y la vida desde uno de los dos primeros puntos devista. Tal estado de cosas contrasta extrañamente con el hecho de que el arte tiene una parte precisa en la vida de todas las edades y en todas las circunstancias, y que solo lasobras de arte son perfectas y de vida eterna. El artista crea con los medios mas primitivos(con carbon, cerdas, madera, cuerdas de tripas o de metal), lo que la mecanica masrefinada y mas practica jamas sera capaz de crear.Los partidarios de lo practico creen que pueden considerar el arte como la apoteosis de lavida (de la vida practica, por supuesto). En el centro de tal apoteosis esta el señor Müller,o mas bien la imagen del señor Müller (es decir, la imagen de la imagen de la vida). Lamascara de la vida oculta el verdadero rostro del arte. Para nosotros el arte no es lo que podria ser.Mientras tanto, el mundo mecanizado segun criterios de utilidad podria ser efectivamenteutil si tratase de procurar a cada uno de nosotros el maximo de tiempo libre a fin de que elhombre pueda cumplir su unico y efectivo deber, aquel para el que nacio, es decir, lacreacion artistica.Los que exigen construccion de cosas mas utiles y mas practicas, queriendo vencer al arteo hacerlo esclavo, deberian tomar en consideracion de que no existen cosas practicasdefinitivamente construidas. ¿No bastan las experiencias de milenios para demostrar quelo practico de las cosas dura bien poco?Todo lo que se puede ver en los museos expresa de manera inequivoca el hecho de queninguna cosa corresponde verdaderamente a su finalidad. ¡De otro modo nuncadescansaria en un museo! Y si una vez parecio comoda y practica, era solo porque todaviano se conocia nada mas comodo.¿Tenemos acaso el menor motivo para admitir que las cosas que hoy nos parecen practicas y comodas no estaran superadas mañana? Y despues de todo esto, el hecho deque las obras de arte mas antiguas hoy no parezcan menos bellas y menos evidentes quehace miles de años, ¿no merece ser tomado en consideracion?Los suprematistas han abandonado por su propia iniciativa la representacion objetiva parallegar a la cima del verdadero arte no disfrazado y para admirar desde alli la vida a travesdel prisma de la pura sensibilidad artistica.En el mundo de la objetividad nada hay tan firme y seguro como creemos verlo en nuestraconciencia. Nuestra conciencia no reconoce nada que este construido a priori y para toda la eternidad.
Todo lo firme se deja desplazar y transportar a un orden nuevo en un primer momento desconocido. ¿Por que no se podria colocar todo ello en un orden artistico?Las varias sensaciones que se completan y se contrastan, o mejor, las representaciones ylos conceptos que surgen en forma visionaria en nuestra conciencia como reflejos de talessensaciones, estan en constante lucha entre si: la sensacion de Dios contra la del Diablo;la sensacion del hambre contra la de lo bello; la sensacion de Dios tiende a vencer a la deldiablo, y, al mismo tiempo, a la del cuerpo, y trata de hacer creible la decadencia de los bienes terrenales y el eterno señorio de Dios.Tambien el arte esta condenado si no esta al servicio del culto de Dios (de la Iglesia). Dela sensacion de Dios surgio la religion, y de la religion surgio la Iglesia. De la sensaciondel hambre surgieron los criterios de lo practico y de tales conceptos surgieron los oficiosy las industrias. Ahora bien, las Iglesias y las industrias trataron de explotar en su propiointeres las capacidades figurativas del arte, sacando de ellas cebos eficaces para sus productos (para los ideales-materiales y para los puramente materiales). Asi se unio lo utila lo agradable, como suele decirse.El conjunto de los reflejos de las varias sensaciones en la conciencia determina laconcepcion del mundo del ser humano. Dado que las sensaciones que influyen en el ser humano son distintas en las distintas epocas, se puede observar los mas maravillososcambios en la "Concepcion del Mundo": el ateo se vuelve temeroso de Dios: el temerosode Dios pierde la fe, etc... En cierta medida el ser humano se puede comparar a unradiorreceptor complejo, que intercepta y emite una serie de ondas de sensacionesdiversas, cuyo conjunto determina la susodicha vision del mundo.Con ello, el juicio sobre los valores de la existencia se vuelve absolutamente variable.Solo los valores artisticos resisten a la corriente alternada de las diversas tendencias del juicio; de modo que, por ejemplo, las imagenes de santos o de dioses pueden ser guardadas sin vacilar en las colecciones de los ateos, desde el momento en que en ellas semanifiesta la sensibilidad artistica ya reconocida como pura forma (y, efectivamente, seguardan). Por tanto, tenemos continuamente nuevas ocasiones para convencernos de quelas disposiciones nuestra conciencia -el "crear" practico- dan vida a valores siempredistintos (es decir, valores desavlorizados), y que nada, salvo la expresion de la purasensibilidad subconsciente o consciente (o sea, nada mas que el crear artistico), es capazde hacer palpables los valores absolutos. Asi pues, se podria llegar a una autentica practicidad en el sentido mas elevado de la palabra, si se adjudicase a esa sensibilidadconsciente o subconsciente el privilegio de la disposicion figurativa. Nuestra vida es unarepresentacion teatral en la que la sensibilidad no objetiva se representa mediante laaparicion objetiva.El patriarca no es mas que un actor que quiere comunicar, mediante actos y palabras, unasensacion religiosa (o mas bien la forma religiosa de un reflejo de la sensacion). Elempleado, el herrero, el soldado, el contable, el general son partes de esta o aquella obrade teatro, representada por los personajes correspondientes, en la que los actores sonarrebatados por tal extasis que confunden el drama (y su papel en el) con la vida misma.El verdadero rostro del ser humano se revela con dificultad a nuestros ojos; y si seinterpela a alguien preguntandole quien es, responde: "Soy ingeniero, campesino, etc"; ensuma, responde con la definicion del papel que interpreta en algun drama de lassensaciones.
Semejante indicacion del papel asumido tambien consta en el pasaporte junto al nombre y apellidos, de modo que resulte evidente y fuera deduda el hecho sorprendente de que el propietario del pasaporte es el ingeniero Ivan y no el pintor Casimir.Finalmente, cada persona sabe muy poco de si misma, porque el verdadero rostro humanono es reconocible tras la mascara que se considera el verdadero rostro.La filosofia del suprematismo tiene todas las razones para desconfiar tanto de la mascaracomo del verdadero rostro, porque en general esta contra la realidad del rostro humano, osea, de la figura humana.Los artistas siempre se sirvieron preferentemente del rostro humano en susrepresentaciones, porque en él creyeron encontrar la mejor posibilidad de expresar sus propias sensaciones (la mimica multilateral, elastica y plena de expresiones ofrece, enefecto, tales posibilidades). Y, sin embargo, los suprematistas han abandonado lasrepresentaciones del rostro humano y del objeto naturalista en general, y han buscadosignos nuevos para interpretar la sensibilidad inmediata y no los reflejos convertidos enforma de las distintas sensaciones, y ello porque el suprematista no mira ni toca:solamente percibe.Asi pues, podemos ver que, entre el siglo XIX y el XX, el arte descarga el lastre de lasideas religiosas y estatales que hasta esta epoca se habia visto obligado a cargar, y asillega hasta el mismo, a la forma correspondiente a su verdadera sustancia, convirtiendoseen el tercer angulo visual o punto de vista autonomo, con los mismos derechos que losotros dos angulos visuales ya citados.Antes y despues, la sociedad estaba convencida de que el artista hacia cosas sin necesidadni sentido de lo practico; y no pensaba que tales cosas no practicas resisten el paso de losmilenios y siguen siendo actuales, mientras que las cosas necesarias y practicas solotienen pocos dias de vida.La sociedad no ha deducido de ello que no conozca el valor efectivo de las cosas; y estehecho se ha convertido en la causa de los cronicos fracasos de cualquier practicidad. Losseres humanos podrian llegar a un verdadero y absoluto orden en sus relacionesreciprocas solo si quisieran formarlo y realizarlo en el espiritu de los valores inmortales.Despues de todo esto, es evidente que el elemento artistico deberia ser tomado enconsideracion, bajo todos los puntos de vista, como algo decisivo; al no ser asi, lasrelaciones humanas estaran dominadas en todos los campos de la vida, no tanto por laanhelada tranquilidad del orden absoluto, cuanto por la confusion de los ordenes provisionales, ya que el orden provisional viene determinado por los criterios de losconocimientos contemporaneos, y tales criterios, como sabemos, son los que mas varian.De todo ello resulta evidente, ademas, que tambien las obras de arte aplicadas a la vida practica, o bien usadas en la vida practica, quedan en cierta medida desvalorizadas. Solocuando se liberen del peso de la eventual valoracion practica (es decir, cuando seancolocadas en un museo), y no antes, se reconocera su valor autentico (artistico).
Las sensaciones de correr, estar parado o sentado son, ante todo, sensaciones plasticas,que estimulan la creacion de los objetos de uso correspondientes, determinando tambiensus aspectos esenciales.La mesa, la cama o la silla no son objetos utiles, sino formas de sensaciones plasticas. Por tanto, la conviccion general de que todos los objetos de uso cotidiano son el resultado dereflexiones practicas se basa en presupuestos falsos.Tenemos innumerables ocasiones para convencernos de que nunca somos capaces deconocer la efectiva practicidad de las cosas, y de que nunca conseguiremos construir unobjeto verdaderamente practico y correspondiente a su fin. Es probable que solo podamos percibir la sustancia de una absoluta correspondencia con la finalidad, pero solo en cuantotal percepcion o sensibilidad es siempre no-objetiva. Toda las investigaciones que tiendena conocer la correspondencia con la finalidad de la objetividad son utopicas. La tendenciaa encerrar la sensibilidad de una representacion consciente, o a sustituirla por talrepresentacion llevandola a una concreta forma utilitaria, ha tenido como consecuencia larealizacion de todas aquellas cosas correspondientes a la finalidad que, en verdad, hansido de muy poca utilidad, convirtiendose en algo riduclo de un dia a otro. Nunca se repetira bastante que los valores absolutos y reales pueden surgir exclusivamente de una pura creacion artistica, ya sea consciente o inconsciente.El arte nuevo del suprematismo, que ha creado formas y relaciones de formas nuevas a base de percepciones transformadas en figuras, cuando tales formas y relaciones deformas se transmiten del plano del ienzo al espacio, se convierte en arquitectura nueva. Elsuprematismo, tanto en pintura como en arquitectura, es libre de toda tendencia social omaterial.Toda idea social, por grande y significativa que pueda ser, nace de la sensacion delhambre; toda obra de arte, por mediocre y sin significado que sea en apariencia, nace de lasensibilidad plastica. Seria hora de reconocer, por fin, que los problemas del arte, los delestomago y los del sentido comun estan muy alejados unos de otros.Ahora que el arte ha llegado a ser el mismo, a su forma pura, no aplicada, por la vida delsuprematismo, y que ha reconocido la infalibilidad de la sensibilidad no-objetiva, ahoraintenta erigir un nuevo y verdadero orden, una nueva vision del mundo. Ha reconocido lano- objetividad del mundo y, en consecuencia, ya no se esfuerza en proveer deilustraciones a la historia de las costumbres.La sensibilidad no-objetiva fue en todos los tiempos la unica fuente de la creacion de unaobra de arte; desde tal punto de vista el suprematismo no ha aportado nada nuevo; pero elarte del pasado, aplicado a la objetividad, acogio sin proponerselo una larga serie desensaciones extrañas a su sustancia. El arbol sigue siendo arbol, aunque el buho construyaa su nido en una cavidad de su tronco.El suprematismo, pues, abre al arte nuevas posibilidades, ya que, al cesar la llamadaconsideracion por la correspondencia con el objetivo, se hace posible transportar alespacio una percepcion plastica reproducida en el plano de una pintura. El artista, el pintor, ya no esta ligado al lienzo, al plano de la pintura, sino que es capaz de trasladar suscomposiciones de la tela al espacio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tu opinión: